Me siento muy agradecida con mi desempeño en Narconon
Tras haber concluido mi proceso en Narconon me siento nerviosa, pero son de los nervios buenos porque significa que hay conciencia. Hay un sentido de responsabilidad y un nuevo razonamiento para medir las acciones en un plano de causa - efecto.
Voy con un poco de miedo, pero más emoción por vivir, ahora sí, libre de drogas y ansiedad.
“Voy con un poco de miedo, pero más emoción por vivir, ahora sí,
libre de drogas y ansiedad.”
Ahora sé que si tengo miedo está bien hacer las cosas con miedo, tengo herramientas para eso y además, formo parte de un grupo con el que puedo contar. Me siento muy agradecida con mi desempeño, por haber pasado a través de este programa y agradecida con todo el personal, con mis amigos y con la vida.
Me siento muy contenta.
D. R. Graduada de Narconon Puebla
Mira su testimonio:
“En un principio se me hacía divertido. Para mí las drogas significaban diversión y eran como una puerta para encajar en el mundo.
“Yo me acuerdo que empecé a consumir alcohol porque era tímida y sentía que con el alcohol podía explayarme más, que podía bailar, que me podía hacer más interesante. Luego eso no fue suficiente y comencé a tomar pastillas. Nunca pensé que eso me traería problemas.
“Luego se eso, sí comenzaron los problemas y así fue como recurrí a las pastillas farmacológicas. En un principio las tomaba como una muletilla. Siempre pensé que las iba a dejar pero ese día nunca llegó. Se convirtió en mi cárcel. Llegué a consumir entre 10 y 14 pastillas diarias. Estas pastillas me las había recetado mi psiquiatra. En un momento pensé en quitarme la vida. Me tomé cajas de pastillas, todas las pastillas que tenía. Terminé en el hospital. Estuve inconsciente unos días. Cuando desperté me puse muy molesta porque no me habían dejado quitarme la vida. Me recetaron más pastillas por lo que yo entonces empecé a vivir la vida sólo para estar ahí, para aguantar el día sintiéndome nula, triste, desesperada. No me gustaba sentirme así. Pensé que no había nada más para mí, para una persona como yo.
“Ya había intentado estar en otras clínicas pero no me sirvieron. Por eso yo me había dado por vencida de tener la oportunidad de estar libre de drogas. Yo ya sólo estaba esperando morirme, a que me diera otra sobredosis o a que algo malo me pasara porque llegas a un punto donde ya no valoras a tu vida.
“Luego llegué a visitar Narconon. Visité el lugar y me gustó. Platiqué con los estudiantes y con el personal. Todo me pareció muy transparente, muy honesto en comparación con otros lugares en los que había estado. Me sentí un poco más tranquila. Decidí darme la oportunidad de venir aquí porque pensé que no tenía nada que perder, que lo peor que me podría pasar es que recayera.
“Desde el primer día que entré a la recuperación fui notando ganancias, sentí que tenía mucha más energía. Yo antes no podía durar todo el día despierta, tenía que dormir más de la mitad del día porque las pastillas me tenían bien nula. Yo ya no recordaba lo que era sentirme bien hasta que llegué aquí, a Narconon. Volví a sentirme tranquila, a poder convivir, a disfrutar, a estar con gente, a tener amigos, a nuevamente tener metas, a tener sueños.
“Ahora me siento muy a gusto porque no tengo ni una pastilla. Nunca pensé que podría salir de los diagnósticos que me daban los psiquiatras. No quiero volver a consumir porque ahora estoy ansiosa por vivir la vida sin estar anestesiada con todas esas pastillas que me daban.
“Es bien bonito sentirse en paz consigo mismo, de poder aportar cosas buenas a los demás, de ser honesto.
“Nunca es tarde para seguir adelante, para no rendirse.”