Me encontraba en otra clínica de atención a personas con problemas de adicción cuando conocí Narconon

(Foto de redhare.eu/Shutterstock.com)
 

Yo había estado anteriormente en otros centros de rehabilitación y anexos, pero no había algo en ellos que me moviera lo suficiente para no tener que volver a ellos. Mi vida se había visto negativamente afectada de manera notable gracias a mi consumo. Tuve muchas pérdidas emocionales y materiales que me llevaron a cometer actos de los que no me enorgullezco y por los cuales pagué muy caro.

Me encontraba en otra clínica de atención a personas con problemas de adicción cuando conocí Narconon. Estaba en Colima y, por fuerzas mayores el lugar tuvo que cerrar. En ese momento yo tenía toda la intención de ya no consumir y dejar atrás el alcohol y las drogas, pero había algo que de algún modo no me quería permitir dejar mi historia con el cristal en el pasado. Seguía extrañando el efecto que generaba en mí, aunque yo sabía que sus consecuencias eran mucho peores que la fugaz sensación de placer.

El día que cerró esa clínica yo pensé que volvería a mi vida normal, pero llegó la directora del centro de Narconon Puebla para llevarme con ella. Eso me tomó de sorpresa. Fue un choque de sentimientos, ya que de algún modo yo me sentía emocionado de volver al mundo. Al final terminé accediendo y llegué el 08 de junio al centro. Pronto vi que el programa era principalmente a base de vitaminas, algo que no había visto en algún otro centro en el que había estado anteriormente. En general el lugar, el programa y el hecho de que los encargados no me percibieran como un adicto o enfermo fue algo que no había encontrado en otro lado. Yo era un ser humano para ellos, una persona que simplemente se desvió del camino y que sólo ocupaba ser guiada a la realidad de la vida y lo satisfactoria que resulta cuando las drogas no están presentes.

La sorpresa más grande de todas fue que el programa tenía una etapa de Desintoxicación. Aunque al principio me costó tomar las vitaminas y tenía muchas dudas sobre lo que estaba pasando, lo hice y con el tiempo fui aceptando el sauna. El momento en el que yo comencé a reconocer mi situación y aceptar este proceso fui mejorando emocionalmente y físicamente.

Después llegó la etapa de academia, donde trabajé la parte mental. A este punto yo ya estaba con todos los ánimos de realizar los siguientes pasos que siguieran en el programa y, como dicen acá en Narconon, obtuve muchas ganancias haciendo los objetivos y los cursos de destrezas para la vida. Puse todo mi empeño y honestidad, realizando todo lo que se me pidió con buena actitud. Eso generó en mí un cambio positivo enorme en mi forma de pensar y de percibir mi entorno.

Para mí, hacer el programa Narconon con disciplina y sinceridad mostró en mí una mejora de ánimo inmensa, y al llegar a mi día cuarenta yo ya me sentía mucho más tranquilo conmigo mismo y con mi proceso.

“De no haber accedido a su apoyo, posiblemente habría vuelto a mis hábitos de consumo anteriores, y estoy muy feliz de que es algo que por fin está en mi pasado”.

Quiero agradecer a Narconon y a su staff por los tres meses que estuve con ellos, ya que me dieron conciencia de la libertad que uno tiene cuando se vive sin drogas y sin los estragos que estas acarrean en el entorno. De no haber accedido a su apoyo, posiblemente habría vuelto a mis hábitos de consumo anteriores, y estoy muy feliz de que es algo que por fin está en mi pasado. Me siento feliz, tranquilo y con una vida por delante llena de bendiciones y amor.

Les mando un abrazo y deseo que sean felices. ¡Sí se puede!

—JLQ


AUTOR

Narconon Puebla

NARCONON PUEBLA

EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS